sábado, 14 de julio de 2012

Amores Caporales

Y se respira una tristeza absolutoria cada vez que me lo cuento,  cuando logro quitar la traba de la puerta no hay más que el temporal cantando a centelladas, el mismo hecatombe trémulo, el mismo estruendo indeciso donde lo había dejado.
Yo intento no mojarme pero más no puedo hacer por ésta viscera obstinada que no piensa quedarse, tal vez descifré muy tarde ese susurro que encubriste con el roce de tu boca, no comprendí ese arranque en tu mirada fomentando mi estrabismo, esa invitación a redescubrir tu geografía que no es más que acumular saliva de semanas sin probar bocado, tuve entonces el atrevimiento de cruzar ese campo minado que es tu cuerpo, me embolsé los cubiertos para comerte a dentelladas, y entonces me vi quizá como el caos me concibió en un rincón de la creación, donde acaso emprendí el revoloteo, donde la raíz se invierte, para entonces regresar al embrollo de nuestras caricias, al collage de sábanas donde convergemos, donde dimos nueva descripción al mundo.

No hay comentarios: