miércoles, 19 de agosto de 2020

Repulsión

Quiero vivir sin que sepas la soledad que me antecede.
Y jugando con la vida conectemos y desconectemos las realidades que suprimen esta nube de añoranzas
Para que luego nos caiga de golpe un agua que nos recuerde esa paz compartida
Aunque la consciencia sea un tren que no para
Y vaya olvidando rastros de mi persona con cada estación que visito
Acudes a mi con los bríos de la libertad eterna
Me acompañas sin maletas y esperas que me complemente aquella idea

Es extraño que te deseé una tensión que no resuelva
que lejos de acostumbrarte al dolor
cuando te falte el aire sientas la extrañeza
de sentirte aliviada.
De mi asfixia nace tu templanza
Y donde estabas escondida queda el humo del rayo liviano

Soy imprescindible para este cuerpo
Como lo eres tu para el espejo
Nuestras manos harían todo menos sujetarse
Al menos cuando se escuche el trueno
Y se sienta el corazón distante de todo el cuerpo
Como un animalito que con la mirada busca resguardarse en medio de la nada

Jamás verás mi plenitud en tu calma
Tu tranquilidad es ajena a mis acciones
Yo solo soy la carne que respira
las venas que tiemblan

Si alguna vez pensaste en mi persona
Lejos de ti, sin tus impresiones
Verás un sendero de gas que determina su destino de agua

Ahora soy yo, porque nunca se trató de mi
Ahora es mi espasmo el que brama
Es mi voz la que trasciende los fantasmas
Son mis manos las que aprietan los jirones
Y mi alma la que convulsiona enfebrecida sobre el calmo pensamiento.













miércoles, 1 de abril de 2020

Cadáver insepulcro.

Dos cuerpos colisionan en el breve espacio del sueño.
Poco gesticulan sus bocas ya que las palabras son corpóreas.
Las debilidades generalizadas hacen de mi cuerpo este cadáver insepulcro.
Es el riesgo de pensarte.
De poner un pie sobre la fosa de tus recuerdos.
Y peor aún quedarse sentado en el llano observando como todo se desbarata.
Quisiera leer con la piel las diminutas grietas de tus insomnios.
O revolcarme en las desproporciones de tu discurso.
Escupir el aliento que bebo de ese vapor de tu tacto mínimo.
Y pensar la dimensión de mi cabeza que se llena con la tinta de tu saliva, vaho de vino seco.
Somos animales nocturnos que se entienden en la oscuridad.
Esperando que el sol deje de advertir lo evidente.
Al acecho de morder el cuerpo que todo lo recuerde.

lunes, 16 de marzo de 2020

Mínimo tacto.

Dónde la fricción entre dos cuerpos
Entregue a conveniencia
Los pedazos del recuerdo
Que mi cabeza borrar piensa

Nada de quejidos
Ni falsos semblantes
En mi pecho dolido
Trozado de antes

Una impresión del goce
Esperaba mi carne terca
Que levantaran de un roce
La ira donde se encuentra

Y que luchen la batalla
Por pertenecer al olvido
Las errantes arcadas
Que daba yo siendo un niño.


sábado, 7 de marzo de 2020

Ayer me bebí la sal de mi fantasma.

Una vez lo tuve todo hasta que el descuido de mis ambiciones me lo arrebató.
Me bebí cometas y fueron algunos sorbos en realidad porque nunca supe su destino estrellado. Ni era un poco contemplativo para observar la intempestiva ruta.
Me mastiqué una decidia qué en su práctica por resolver el alma de un bosque simuló con el aliento la humedad del aire frío.
Me rodeé de corazones rencorosos que jamás encontraron alivio en mi tristeza. Y esa misma queja que dibuja el tiempo en la sonrisa, bien la pude contener todas las veces que quise llorar un grito.
Tuve valor para disolverme en la idea del bien. La respuesta de la cicatriz al aire que difumina su recuerdo con el tiempo. Y la réplica de mi carne flexible se tumbó y acariciando los oídos con el ronquido más cansado se reprimió la imagen del que pudo haber sido pero nadie construyó.
Esa frágil danza de quién debe dividirse para sostener al hombre entero enmudeció y a medida que dejaba de resistirse al pasivo encuentro se amotinó y al hundirse en sus flancos más evidentes no volvió a tocar la firmeza del latido ni a soñar los abismos de la desgracia. Y aquel silencio fue destruyendo las palabras que las cabezas hilaban con el fin de aventar el último puñado de tierra que cubriría el olvido. 

sábado, 16 de noviembre de 2019

Las venas recuerdan

Si me extendías la mano para darme algo tenía todavía el impulso de alzar el brazo. Con esa sensación me desperté. De haber esperado algo.
Del otro lado la acción retractada. La emoción que obedece al sentimiento de quién se quiere deshacer del exceso.
De la incomodidad del estorbo nace esta agonía que juega con mi memoria. Y del otro extremo de este pensamiento viene la idea de ahogar la reacción de recibirlo todo.
De mi depende que ésta experiencia convulsione fuera de mi cuerpo.
Y si el hielo no se quiebra que la mano ceda.



lunes, 14 de octubre de 2019

La otredad.

Aunque quedes estática
Impasible en tu imaginación
No habrá calma ni zozobra en la vida alterna que decidiste sin mi.
Si en tu alma no hay deseo que en mi interior no haya plastificado en tu nombre.
Yo jadeo por ti si en tu mente corres libre.
Estas manos percudidas porque lavaron las cadenas con vinagre ya no las conociste.
Y la incertidumbre en tus dias tampoco viví para verla.
Si bastó el nombre de otro amigo que supo venderte una idea de paz yo me desentiendo de tus nuevos vicios.
Mi artificio ya no es la sangre y mi motivo pudo moverse lejos de ti.
Ya nunca más viví de memorias ni de simulaciones.
Jamás me volví contra mi para saciar el sucio olvido de las personas que recibí y jamás cruzaron la puerta.
No verás como me valido a través de otro, ni comparo mi experiencia, ni construyo mi persona.
La otredad no me compete.
Ni me apetecen mis contrarios.
Porque los míos han dejado.
Devastados y borrosos rastros.
De una vida que arremete
Contra uno mismo y deja a un lado.
Las memorias de unos tristes cuantos.



jueves, 14 de febrero de 2019

Las personas que elegí perder.

Las esquinas de un cuarto nunca son apreciadas.

Conocí la conveniencia mutua, la palpé en sus grietas finas y me revolqué en sus desproporciones.
Me leí en los rostros el interés y la indulgente fantasía de la intimidad.
Quisiera no sentir esto pero la razón siempre se apropia al final. Ni el sentido mas emotivo ni la sensibilidad humana han podido resistir los embates del intelecto.

El empecinamiento en el deseo desata la ira más profunda en el interior del apasionado.
Pero también la templanza contiene sus temperamentos fortuitos.
El semblante de mi oratoria dará fe de este fenómeno. Ahí podrás encontrar el encuentro de mis goces, las simulaciones de mis estrépitos, la tierra que me sostiene.

He dejado de pensar que algo ulterior me subordina. Ya no pienso mas esa brecha que me mantuvo separado del instinto.
Una vez adaptado a nuevos fines mi sombra buscó cuerpo. Me resguardó en la palabra. En el cielo oscuro y sus venas trazadas.

Mis recuerdos:

            "La pensaba todavía acostado en la duela
            el suelo de barco con los pasos       
          retumbándome las muelas
       De la inmundicia, el humo de cigarro
       delgado el aire mi cabeza acaricia
     Después de mi ajetreo conocí
     a la mujer que arrebataría mi morbo
    mis miedos la alejaron del escombro
    y el primero que  besó su hombro
    en vitrina la exhibió y le dio cohombro


         Represiones provocaban
       el infierno de soñarla
         que con otro cultiparla
        mientras sus cabellos arla
   acariciando ristras
    enristras dudas ocultas
     pero no indultas la crasa boca
          rozas la bocaza que es supina
         los ojos de ave
         y la voz de ruina
             por dentro va renqueando
            fuera va trotando duro
       iba con aliento seco 
      de haber mascado despojos
    deshojo las manías de mis manos divinas
  intacto llega el retrato torcido a mis manos."


Son aquellas impresiones las que me prolongan.
Sin la humedad de los recuerdos me sobra el cuerpo.