domingo, 8 de octubre de 2023

Vientre

 Brota de ti la vida

Luz encarnada, filtro de circunstancias 

Adormece el frío, en la penumbra, tu vientre de fogata 

Me guarecen, sin saberlo, tus dos perlas mientras duermo 

Reconoces mis latidos

Tus extremidades impiden el aterimiento

Tu cabello oscuro desgrana mis dedos como las raíces de un árbol disgregan la tierra 

Depositas tu semilla de fe 

Algún Dios soñó escanciar mi espíritu sobre tu alma.

martes, 4 de octubre de 2022

Cohesión y cordura.

- Inhíbeme -. 
Me dijo y con las manos me entregaba la llave de su encierro.
Aquél espacio tibio.
Mis músculos amnésicos no saben de contornos ni texturas. 
Mi lengua es un trapo, no se cual era su color original, mucho menos su verdadera extensión.
Tengo los dedos duros, como si jamás hubieran limpiado la sangre de mi madre.

Así me condiciona el cuerpo.
Que si quiero conocer la coherencia me entregue al fracaso.
Y si huyo sé que en la esquina me espera la embestida.

Despabílate y jurame que el sueño es mas pequeño que mis ambiciones.
Que este instinto ya no pertenece a mi sombra nefasta.
Agradece a la enfermedad, aunque la hayas sorteado.
Que sin haberte entregado respiraste el polvo, el que truena en mis oídos. 

Así de tremulantes como estaban tus manos tengo ahora el alma.
Hecha jirones.
Te olvidaste del oscuro y nuevo lugar que son tus emociones.
Todo por abastecer a la soberbia con hilos de metas. 

Y habiendo visto caer enormes gajos de sabiduría te aferraste a sentirte bien, aunque al final no lograste sostenerte ni un segundo cuando el suelo ardía. 

Esa mente fragmentada, inocua en su verdad, vacía en la adversidad, objetiva en deseos perversos. Esos pensamientos soldados a la desviación: de nunca detenerse trajeron las tragedias, soplaron chispas a la sombra, intentaron en la borrasca humedecer la irremediable ráfaga.

Lamentos escuché desde entonces de mi persona reduciéndose a retazos. 

Cuando percibí que el chillido era un ligero y permanente zumbido, reviré. Reparé en el daño personal.

Jamás el fuego pudo sumergirse. Ni el vapor exhalar sus entrañas. 











domingo, 17 de julio de 2022

Nocturno.

 Sin pensar muy bien el mensaje, haz decidido a quien enviarlo. 

La inacción de hace tantos años era más valiosa en ese instante. Convenios, contratos, privilegios y detalles concedidos pero no a mí.

Hay formas arraigadas al corazón y al espíritu. Maneras en las que se puede hacer sentir especial a otra sangre. 

Si era necesario perder de nuevo para valorar, ésta vez no valió el esfuerzo.

Me hubiera quedado dónde me demostraron la fase más intensa del amor. Dónde el fuego escupe apenas se manifiesta la chispa. Me habría quedado en ese espacio que construyeron solo para mí. Dónde nadie más tuvo lugar. En aquel nido donde dimos vida a los ojos más hermosos. Y con ironía nos regalaba él la vida con su latido. 

Lo más terrible me tocó a mí. 

El alma marchita.

Ojalá hubiera habido voluntad en ese cuerpo, pero con desgana ni siquiera se disfruta un bostezo.

El instante que viví fué un destello: mínimo. 

Pero incluso en esa fracción tan diminuta demostré mi mejor versión. 

En aquella ausencia solo recordaba.

Pensamientos enlazados con la nostalgia de la piel. 

¿Porque se hacen extrañar así las manos? Sobre todo cuando se sujetan cotidianos objetos que revelan el tacto auténtico, la franca sujeción de otra textura. 

Solo así dos superficies ásperas se entenderían. Sin esperar la tranquilidad de la humedad. 

La frente tibia a punto de perder su característica. El latido incorporado al iris que perfora todo. Los colmillos revelados, la hilera de dientes, cómplices de la palpitación intensa. El cuenco lleno de vida, dónde alguna vez hubieron flores. 

La espina arqueada, danza con otra. Las mandíbulas oran un lamento. Dos almas anunciadas. El calor fundiendo los alientos. 

Si la plenitud puede explicarse tiene que ser un encuentro así.

Agostan los ojos y la efigie templa la luz que le filtra. Devuelve su sombra.

La virtud de la resolución invade la tensión del aire. Provoca la existencia en su fase más indómita.

lunes, 7 de febrero de 2022

Espíritu abstrayente.

Separas lo absurdo

Buscas el escapismo de mis ojos nítidos 

Te derramas en mis manos, tanto que no puedo tocarte

Te diluyes y debo pensarte sin tacto 

Permea la cámara y el gas escapa por la gotera

Sube y se presenta en el suelo mojado 

Atraviesas paredes secas 

Traspasado muro de mi soledad

Frenética danza de mis malestares

Pausas la migraña confusa, la grieta que me adorna

Bravo licor compone notas en el pozo de mi boca

Siente el cuerpo de la brisa 

Aquella materia que rocía tu espalda entinta mis susurros 

En tu vientre, en mis sueños 

Indómito espíritu que me recorre el alma. 












jueves, 13 de enero de 2022

Filtrum

Hay en la respiración agitada de mi memoria una intriga por resolver el deseado fin.
La supuesta liberación del inconsciente que bloqueado aspira volver a ser lo que soñaba entonces.
Sentí la magia del fuego otra vez. Pero no como antes. Esos días suponía la mecánica del agua. Ahora bendigo el milagro. 
Viendo las estrellas observé mis ojos que reflejados en una distancia absurda me miraban. 
Comprendí las estaciones de tu cuerpo. Aquel otoño del espasmo de tu vientre. El chasquido de la primavera de tus ojos profundos. Y la naturaleza de la estación más fría que erigió mi pensamiento.
Mi piel enmudeció tanto tiempo que fue difícil notar las sensaciones. Las que me dieron vida. 
Y en la inacción encontré un lado que jamás hubiera deseado que vieras. 
Al conocerlo supiste la gradación del gris. La violencia del abandono personal. 
Este nuevo espejo debió romperse. 
La ventana debajo del filtrum debió permanecer cerrada. 
Ya que el mínimo aliento provocaría el huracán violento que nos vuelca. 

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Existencia interrumpida.

Ojalá nadie te obligue a convertirte en alguien que no quieres ser.

Que dejé tu voluntad intacta y valore el silencio de tu boca cuando tus ojos hablan.

Deseo que nadie te asfixie con la necedad de suponer todo de ti.

Y te permita conocerte a tu ritmo. 

Y disfrutes la vida con las pausas que decidas, con los errores que elijas enmendar. 

Espero la vida te deje construir el camino que deseas.

Y nadie te exija ninguna garantía para resguardar sus deseos.

Mereces respirar con la mente vacía. Reír y llorar la vida. Observarte sin espejos.

Ojalá nadie te estorbe.

Y respeten tus sueños, valoren tu existencia.

Porque no hay peor infierno que ser sometido a las decisiones de un egoísta. 

Que no sabe disfrutar la vida. Que teme el discurso que invoca la soledad.

Ojalá la persona en quien confías te permita fallar.

Y cuando recuerdes las imágenes, no estén envenenadas.

Quiero que siempre decidas porque conozco el relieve del abismo.

Y no quiero que tu cuerpo toque el fondo inquebrantable.


jueves, 24 de diciembre de 2020

Animal

 A mí no me permitieron equivocarme.

Afirmó mi cuerpo una punción insidiosa.

O la negó después del concilio. 

¿Que balín oculta la carabina de tu cara?

¿Con que manchas irás a desprenderme de mi casto ingenio?

Te ubicas en el delirio, donde mi cabeza busca vientre. 

Y en el escombro de tu vasto afán por entorpecer la búsqueda de la tranquilidad apaga sus chasquidos el sacro reventado y solo queda la luz impregnada un instante en el ojo que mira la profundidad oscura.

Es la tierra: la que debajo del musgo desgrana mi piel, y concede ésta pasión inédita, para que vuelvas los ojos, los cierres  tranquila y no te acompañe la luz que te cegó una vez. 

Y aunque sea un ínfimo fragmento  éste goce, quiera el alma convencerse y se vuelque en sus espejos.