domingo, 13 de octubre de 2024
¿Y la lluvia de ayer?
domingo, 8 de octubre de 2023
Vientre
Brota de ti la vida
Luz encarnada, filtro de circunstancias
Adormece el frío, en la penumbra, tu vientre de fogata
Me guarecen, sin saberlo, tus dos perlas mientras duermo
Reconoces mis latidos
Tus extremidades impiden el aterimiento
Tu cabello oscuro desgrana mis dedos como las raíces de un árbol disgregan la tierra
Depositas tu semilla de fe
Algún Dios soñó escanciar mi espíritu sobre tu alma.
martes, 4 de octubre de 2022
Cohesión y cordura.
- Inhíbeme -.
Me dijo y con las manos me entregaba la llave de su encierro.
Aquél espacio tibio.
Mis músculos amnésicos no saben de contornos ni texturas.
Mi lengua es un trapo, no se cual era su color original, mucho menos su verdadera extensión.
Tengo los dedos duros, como si jamás hubieran limpiado la sangre de mi madre.
Así me condiciona el cuerpo.
Que si quiero conocer la coherencia me entregue al fracaso.
Y si huyo sé que en la esquina me espera la embestida.
Despabílate y jurame que el sueño es mas pequeño que mis ambiciones.
Que este instinto ya no pertenece a mi sombra nefasta.
Agradece a la enfermedad, aunque la hayas sorteado.
Que sin haberte entregado respiraste el polvo, el que truena en mis oídos.
Así de tremulantes como estaban tus manos tengo ahora el alma.
Hecha jirones.
Te olvidaste del oscuro y nuevo lugar que son tus emociones.
Todo por abastecer a la soberbia con hilos de metas.
Y habiendo visto caer enormes gajos de sabiduría te aferraste a sentirte bien, aunque al final no lograste sostenerte ni un segundo cuando el suelo ardía.
Esa mente fragmentada, inocua en su verdad, vacía en la adversidad, objetiva en deseos perversos. Esos pensamientos soldados a la desviación: de nunca detenerse trajeron las tragedias, soplaron chispas a la sombra, intentaron en la borrasca humedecer la irremediable ráfaga.
Lamentos escuché desde entonces de mi persona reduciéndose a retazos.
Cuando percibí que el chillido era un ligero y permanente zumbido, reviré. Reparé en el daño personal.
Jamás el fuego pudo sumergirse. Ni el vapor exhalar sus entrañas.
domingo, 17 de julio de 2022
Nocturno.
Sin pensar muy bien el mensaje, haz decidido a quien enviarlo.
La inacción de hace tantos años era más valiosa en ese instante. Convenios, contratos, privilegios y detalles concedidos pero no a mí.
Hay formas arraigadas al corazón y al espíritu. Maneras en las que se puede hacer sentir especial a otra sangre.
Si era necesario perder de nuevo para valorar, ésta vez no valió el esfuerzo.
Me hubiera quedado dónde me demostraron la fase más intensa del amor. Dónde el fuego escupe apenas se manifiesta la chispa. Me habría quedado en ese espacio que construyeron solo para mí. Dónde nadie más tuvo lugar. En aquel nido donde dimos vida a los ojos más hermosos. Y con ironía nos regalaba él la vida con su latido.
Lo más terrible me tocó a mí.
El alma marchita.
Ojalá hubiera habido voluntad en ese cuerpo, pero con desgana ni siquiera se disfruta un bostezo.
El instante que viví fué un destello: mínimo.
Pero incluso en esa fracción tan diminuta demostré mi mejor versión.
En aquella ausencia solo recordaba.
Pensamientos enlazados con la nostalgia de la piel.
¿Porque se hacen extrañar así las manos? Sobre todo cuando se sujetan cotidianos objetos que revelan el tacto auténtico, la franca sujeción de otra textura.
Solo así dos superficies ásperas se entenderían. Sin esperar la tranquilidad de la humedad.
La frente tibia a punto de perder su característica. El latido incorporado al iris que perfora todo. Los colmillos revelados, la hilera de dientes, cómplices de la palpitación intensa. El cuenco lleno de vida, dónde alguna vez hubieron flores.
La espina arqueada, danza con otra. Las mandíbulas oran un lamento. Dos almas anunciadas. El calor fundiendo los alientos.
Si la plenitud puede explicarse tiene que ser un encuentro así.
Agostan los ojos y la efigie templa la luz que le filtra. Devuelve su sombra.
La virtud de la resolución invade la tensión del aire. Provoca la existencia en su fase más indómita.
lunes, 7 de febrero de 2022
Espíritu abstrayente.
Separas lo absurdo
Buscas el escapismo de mis ojos nítidos
Te derramas en mis manos, tanto que no puedo tocarte
Te diluyes y debo pensarte sin tacto
Permea la cámara y el gas escapa por la gotera
Sube y se presenta en el suelo mojado
Atraviesas paredes secas
Traspasado muro de mi soledad
Frenética danza de mis malestares
Pausas la migraña confusa, la grieta que me adorna
Bravo licor compone notas en el pozo de mi boca
Siente el cuerpo de la brisa
Aquella materia que rocía tu espalda entinta mis susurros
En tu vientre, en mis sueños
Indómito espíritu que me recorre el alma.
jueves, 13 de enero de 2022
Filtrum
miércoles, 8 de diciembre de 2021
Existencia interrumpida.
Ojalá nadie te obligue a convertirte en alguien que no quieres ser.
Que dejé tu voluntad intacta y valore el silencio de tu boca cuando tus ojos hablan.
Deseo que nadie te asfixie con la necedad de suponer todo de ti.
Y te permita conocerte a tu ritmo.
Y disfrutes la vida con las pausas que decidas, con los errores que elijas enmendar.
Espero la vida te deje construir el camino que deseas.
Y nadie te exija ninguna garantía para resguardar sus deseos.
Mereces respirar con la mente vacía. Reír y llorar la vida. Observarte sin espejos.
Ojalá nadie te estorbe.
Y respeten tus sueños, valoren tu existencia.
Porque no hay peor infierno que ser sometido a las decisiones de un egoísta.
Que no sabe disfrutar la vida. Que teme el discurso que invoca la soledad.
Ojalá la persona en quien confías te permita fallar.
Y cuando recuerdes las imágenes, no estén envenenadas.
Quiero que siempre decidas porque conozco el relieve del abismo.
Y no quiero que tu cuerpo toque el fondo inquebrantable.
jueves, 24 de diciembre de 2020
Animal
A mí no me permitieron equivocarme.
Afirmó mi cuerpo una punción insidiosa.
O la negó después del concilio.
¿Que balín oculta la carabina de tu cara?
¿Con que manchas irás a desprenderme de mi casto ingenio?
Te ubicas en el delirio, donde mi cabeza busca vientre.
Y en el escombro de tu vasto afán por entorpecer la búsqueda de la tranquilidad apaga sus chasquidos el sacro reventado y solo queda la luz impregnada un instante en el ojo que mira la profundidad oscura.
Es la tierra: la que debajo del musgo desgrana mi piel, y concede ésta pasión inédita, para que vuelvas los ojos, los cierres tranquila y no te acompañe la luz que te cegó una vez.
Y aunque sea un ínfimo fragmento éste goce, quiera el alma convencerse y se vuelque en sus espejos.
lunes, 31 de agosto de 2020
Vaho en sueños quebrantados.
Te vas a despojar de tu persona para que veas como me corrompen los vapores
Si este aire que respiro, seco que me embota la cabeza, lo exhalas iracunda
Ya ninguna memoria podrá establecerse de nuevo
No sin mirarte a los ojos
Estos humos van a prolongar mis emociones
Siento el alma revolcarse inquieta
y cada vez encuentro mas aire dentro de mi cuerpo
Va desplazando los órganos y los desacomoda
Posiciona el corazón lo mas cercano al pie derecho,
acomoda los pulmones en el cráneo,
ubica la piel por dentro dejando fuera la sangre,
Y como si se tratara de un ungüento queda mi cerebro embadurnado,
pintarrajeando mi cuerpo entero.
Así de expuestos quedaron mis recuerdos
Y procuro no rozar ni un hilo
Porque podría llevarse una mínima fracción de la retentiva de tu pelo.
Camino sobre charcos que fui dejando cada vez que apasionado tundía mi cuerpo
Y se desprendían fragmentos de ti
En esa borrosa laguna
Replanteaba nuestra historia.
Ya no puedo cambiar entre movimientos fluidos
Pero la rigidez no es síntoma, es signo
Éste engrane tiene resistencias infinitas
Quiero correr a ti aunque no se donde te encuentras
Esa marcha festinante ya no la poseo
Se rompió la brújula dentro de mi.
Cada giro distorsiona mi instinto
He olvidado a que huele mi hogar
Es mi llanto espástico
Me agota más no llorar
Este alivio me derrota
Me hunde en un lugar donde hacía muchos años no me encontraba
Entonces me asomaba para observar al desgraciado
Destrozado en su apando
Y ahora que me hallo en el pozo
Deseo que mis ojos se aparezcan
Me miren con horror
Y me regalen esa fe que necesito.
miércoles, 19 de agosto de 2020
Repulsión
Quiero vivir sin que sepas la soledad que me antecede.
Y jugando con la vida conectemos y desconectemos las realidades que suprimen esta nube de añoranzas
Para que luego nos caiga de golpe un agua que nos recuerde esa paz compartida
Aunque la consciencia sea un tren que no para
Y vaya olvidando rastros de mi persona con cada estación que visito
Acudes a mi con los bríos de la libertad eterna
Me acompañas sin maletas y esperas que me complemente aquella idea
Es extraño que te deseé una tensión que no resuelva
que lejos de acostumbrarte al dolor
cuando te falte el aire sientas la extrañeza
de sentirte aliviada.
De mi asfixia nace tu templanza
Y donde estabas escondida queda el humo del rayo liviano
Soy imprescindible para este cuerpo
Como lo eres tu para el espejo
Nuestras manos harían todo menos sujetarse
Al menos cuando se escuche el trueno
Y se sienta el corazón distante de todo el cuerpo
Como un animalito que con la mirada busca resguardarse en medio de la nada
Jamás verás mi plenitud en tu calma
Tu tranquilidad es ajena a mis acciones
Yo solo soy la carne que respira
las venas que tiemblan
Si alguna vez pensaste en mi persona
Lejos de ti, sin tus impresiones
Verás un sendero de gas que determina su destino de agua
Ahora soy yo, porque nunca se trató de mi
Ahora es mi espasmo el que brama
Es mi voz la que trasciende los fantasmas
Son mis manos las que aprietan los jirones
Y mi alma la que convulsiona enfebrecida sobre el calmo pensamiento.
miércoles, 1 de abril de 2020
Cadáver insepulcro.
Poco gesticulan sus bocas ya que las palabras son corpóreas.
Las debilidades generalizadas hacen de mi cuerpo este cadáver insepulcro.
Es el riesgo de pensarte.
De poner un pie sobre la fosa de tus recuerdos.
Y peor aún quedarse sentado en el llano observando como todo se desbarata.
Quisiera leer con la piel las diminutas grietas de tus insomnios.
O revolcarme en las desproporciones de tu discurso.
Escupir el aliento que bebo de ese vapor de tu tacto mínimo.
Y pensar la dimensión de mi cabeza que se llena con la tinta de tu saliva, vaho de vino seco.
Somos animales nocturnos que se entienden en la oscuridad.
Esperando que el sol deje de advertir lo evidente.
Al acecho de morder el cuerpo que todo lo recuerde.
lunes, 16 de marzo de 2020
Mínimo tacto.
Entregue a conveniencia
Los pedazos del recuerdo
Que mi cabeza borrar piensa
Nada de quejidos
Ni falsos semblantes
En mi pecho dolido
Trozado de antes
Una impresión del goce
Esperaba mi carne terca
Que levantaran de un roce
La ira donde se encuentra
Y que luchen la batalla
Por pertenecer al olvido
Las errantes arcadas
Que daba yo siendo un niño.
sábado, 7 de marzo de 2020
Ayer me bebí la sal de mi fantasma.
Me bebí cometas y fueron algunos sorbos en realidad porque nunca supe su destino estrellado. Ni era un poco contemplativo para observar la intempestiva ruta.
Me mastiqué una decidia qué en su práctica por resolver el alma de un bosque simuló con el aliento la humedad del aire frío.
Me rodeé de corazones rencorosos que jamás encontraron alivio en mi tristeza. Y esa misma queja que dibuja el tiempo en la sonrisa, bien la pude contener todas las veces que quise llorar un grito.
Tuve valor para disolverme en la idea del bien. La respuesta de la cicatriz al aire que difumina su recuerdo con el tiempo. Y la réplica de mi carne flexible se tumbó y acariciando los oídos con el ronquido más cansado se reprimió la imagen del que pudo haber sido pero nadie construyó.
Esa frágil danza de quién debe dividirse para sostener al hombre entero enmudeció y a medida que dejaba de resistirse al pasivo encuentro se amotinó y al hundirse en sus flancos más evidentes no volvió a tocar la firmeza del latido ni a soñar los abismos de la desgracia. Y aquel silencio fue destruyendo las palabras que las cabezas hilaban con el fin de aventar el último puñado de tierra que cubriría el olvido.
sábado, 16 de noviembre de 2019
Las venas recuerdan
Del otro lado la acción retractada. La emoción que obedece al sentimiento de quién se quiere deshacer del exceso.
De la incomodidad del estorbo nace esta agonía que juega con mi memoria. Y del otro extremo de este pensamiento viene la idea de ahogar la reacción de recibirlo todo.
De mi depende que ésta experiencia convulsione fuera de mi cuerpo.
Y si el hielo no se quiebra que la mano ceda.
lunes, 14 de octubre de 2019
La otredad.
Impasible en tu imaginación
No habrá calma ni zozobra en la vida alterna que decidiste sin mi.
Si en tu alma no hay deseo que en mi interior no haya plastificado en tu nombre.
Yo jadeo por ti si en tu mente corres libre.
Estas manos percudidas porque lavaron las cadenas con vinagre ya no las conociste.
Y la incertidumbre en tus dias tampoco viví para verla.
Si bastó el nombre de otro amigo que supo venderte una idea de paz yo me desentiendo de tus nuevos vicios.
Mi artificio ya no es la sangre y mi motivo pudo moverse lejos de ti.
Ya nunca más viví de memorias ni de simulaciones.
Jamás me volví contra mi para saciar el sucio olvido de las personas que recibí y jamás cruzaron la puerta.
No verás como me valido a través de otro, ni comparo mi experiencia, ni construyo mi persona.
La otredad no me compete.
Ni me apetecen mis contrarios.
Porque los míos han dejado.
Devastados y borrosos rastros.
De una vida que arremete
Contra uno mismo y deja a un lado.
Las memorias de unos tristes cuantos.
jueves, 14 de febrero de 2019
Las personas que elegí perder.
Conocí la conveniencia mutua, la palpé en sus grietas finas y me revolqué en sus desproporciones.
Me leí en los rostros el interés y la indulgente fantasía de la intimidad.
Quisiera no sentir esto pero la razón siempre se apropia al final. Ni el sentido mas emotivo ni la sensibilidad humana han podido resistir los embates del intelecto.
El empecinamiento en el deseo desata la ira más profunda en el interior del apasionado.
Pero también la templanza contiene sus temperamentos fortuitos.
El semblante de mi oratoria dará fe de este fenómeno. Ahí podrás encontrar el encuentro de mis goces, las simulaciones de mis estrépitos, la tierra que me sostiene.
He dejado de pensar que algo ulterior me subordina. Ya no pienso mas esa brecha que me mantuvo separado del instinto.
Una vez adaptado a nuevos fines mi sombra buscó cuerpo. Me resguardó en la palabra. En el cielo oscuro y sus venas trazadas.
Mis recuerdos:
"La pensaba todavía acostado en la duela
el suelo de barco con los pasos
retumbándome las muelas
De la inmundicia, el humo de cigarro
delgado el aire mi cabeza acaricia
Después de mi ajetreo conocí
a la mujer que arrebataría mi morbo
mis miedos la alejaron del escombro
y el primero que besó su hombro
en vitrina la exhibió y le dio cohombro
Represiones provocaban
el infierno de soñarla
que con otro cultiparla
mientras sus cabellos arla
acariciando ristras
enristras dudas ocultas
pero no indultas la crasa boca
rozas la bocaza que es supina
los ojos de ave
y la voz de ruina
por dentro va renqueando
fuera va trotando duro
iba con aliento seco
de haber mascado despojos
deshojo las manías de mis manos divinas
intacto llega el retrato torcido a mis manos."
Son aquellas impresiones las que me prolongan.
Sin la humedad de los recuerdos me sobra el cuerpo.
martes, 27 de noviembre de 2018
Humo fragmentado
Atemporal de un mundo que no es mío
El aire que habita tu sombra.
El hábito en tu deseo
El humo olvidó la orma de mi boca.
La sangre reventando el río.
Un funesto dolor, ayes de dolor profundo
La insolente práctica de la decidia
Los parámetros de tu resentimiento
Si no es justa esta venganza
Libra el peso de mi cuerpo
Que lo mismo tardan
El ocaso y el alba
Romper en pedazos el terco cuerpo
Esas glorias repartidas
De aquel aliento exhalado
Simulan nuestras vidas
Desfragmentando el pasado.
La boca como martillo
Los lunares como clavos
La boca destrozada de fricción
Porque no solo el frío parte los labios.
sábado, 13 de octubre de 2018
Retroestrépito
Recuerdo mis días. No porque dominaba.
Nunca se me cuestionaron los antebrazos tensos, los ojos divagando. Los muslos como trotando. Los dientes hundidos en la carne. La lengua dando tumbos. Las espaldas arqueadas.
Me hubiera esperado un tantito más.
Que se deslizaran nuestras historias por el suelo.
Que descuidados zapatos destrozaran su habitual forma.
Que la lluvia disolviera a pedazos la pulpa.
Ya no voy a sentir algo igual.
Hubiera anticipado el temporal. Seguido al sol.
Me dueles en la extremidad amputada.
Ya ni fabricar historias porque la consciencia es implacable.
Solo recordarte transcurrido mi fatal destino.
De aquella vida que elegiste mía.
Mis pasiones descifrando el eco.
Esa tinta en tu saliva, vaho de vino seco.
Quedaste impregnada. De manera casi absoluta.
Son remedos las que te suceden.
Movimientos sin convicción, bocas tibias.
Cuerpos sin fascinación, ausencia ígnea.
Moriré esperando otro simulacro de tu temporal más bravo.
Aquí en el apando. Mi infierno bocetado.
Divisando como linea a línea te conviertes en bosquejo.
Simplificando tu rostro hasta que solo queda un dejo.
Y en el mar de mi cabeza estrelle su reflejo.
domingo, 23 de septiembre de 2018
De quien se esconde de la lluvia.
Tras decepciones, sobre ella me escribí una historia cuya mitad tuvo tiempo en lo que parecía mi felicidad y sobre aquella estructura me construí toda una tesis que no termina de escribirse.
El recato odio que en algún momento se declaró amor profundo, tuvo raíz que en su camino al fruto dejó semilla. El mismo sol que nos dio vueltas dio calor al grano y quemó la fruta. Y como un circulo enorme que se traza y da la forma de una línea infinita, como un horizonte que no acaba. Aquel circulo bosquejado y con dos partes opuestas , cada una en un extremo, así lo que parecían ser cosas distintas resultaron ser la mismas.
Aquel hijo que no tuvimos y cuya responsabilidad pareció caer por entero sobre de mi, creció, se hizo niño, se hizo púber, se hizo adolescente también. Se manifestó como lo sigue haciendo y seguramente seguirá haciéndolo en mi vida en muchas ocasiones. Cada resto, cada gesto recibido, cada sonrisa encontraban lugar en mi escucha, le di refugio en mis brazos, y en mis palabras encontró alivio.
Las noches que deliraba con encontrarte trajeron consigo las situaciones mas desafiantes para mi persona. Te empecé a recordar con toda tu fatalidad. Cerrando los ojos pude transportarme a aquel ensueño de esos días. Hay olores que me llevan a nuestras aventuras que no son pocas.
Lamento tanto mi estupidez.
Aún así en el recato odio que encarno y suelo representar casi todos los días me lleva a la acción.
Ni la reflexión más profunda me había hecho revirar de esta manera mi vida.
Como una revelación acaso miré nuestra muerte apenas nacíamos.
martes, 18 de septiembre de 2018
Galimatías del engañado.
(1)
Se llamaba Abdul, medía 1.70 y tenía una voz angelical por no mencionar su cara. Sus labios delataban la prisa que llevaba al salir de casa. Sus manos duras la vida que hubo antes de cambiar su voz, su paso, su manera de ganar la vida. Cuando hablé con él se comparaba con cualquier mujer. Como cualquier mujer. Cosa que en un hombre es algo extraño.
La densa madrugada y el túnel cerrado. Decido acercarme y preguntarle como puedo pasar al otro lado.
- Que lastima que seas hombre. Me caes bien. Eres un hombre lindo
- Eso dicen todos. Yo quisiera estar en tu departamento. Dormir abrazados. Tener un hijo tuyo y abortarlo.
- No serías la primera.
- Eres muy guapo. Deberías hacer ejercicio. Ponerte en forma. Me recuerdas a alguien. Tienes unos ojos hermosos.
- Te los regalo.
Me despedí de Natividad o de Ximena o de Abdul y crucé el tunel y caminé. Como los camiones, como los vagabundos, como el río que debajo entubado duerme un coma, como ella o él.
Al pasearme por debajo del puente. Sin perturbaciones ni agravios. Me acordé de ésta vida. La que hice mía. O la que quiso quedarse a mi lado. Ésta vida que la familia quiso privarme. Reprimirme conocer gente sincera. No la que sale a la luz del día. Ésa no siente mas que el paso conveniente que lo lleva al placer de un modo mecánico, casi metódico. Ésas personas sienten no otra cosa mas que la marcha de millares que son como una procesión inútil. Ésa gente nunca me interesó sino la que espera la noche y el silencio humano. La que acompaña el luto del mundo. La que sangra tanto como las veces que ha hecho sangrar. La que aguarda para descubrir el dialogo en sus vicios.
Leí un artículo hace tiempo de un psicoanalista famoso. Decía que las mujeres deben escribir su propia historia, componer su propia música, sus propias reglas vaya. Ésto debido a que lo que crean está sujeto a una plataforma masculina, "fálica" había escrito con énfasis el autor de dicha hipótesis. Tal artículo me remontó a la historia femenina que de los dos escribiste, si no por largos intervalos, el final en definitiva llevaba tu firma, tu firma roja de labios rotos.
Hace unas horas me decía mi padre que el abandono de las personas es un regalo personal. Un regalo para hundirte en la fascinacion del tiempo propio. Apoyo la filosofía y decido no hacerla mía. No todavía. No aún porque no logro curarme. No puedo pensar mi soledad como un regalo. La ausencia que dejó no fue algo que sus manos quisieran, ni construyeran. Fue el cauce del riachuelo joven y terco desembocado en un lago quieto y apartado del inmenso impulso que lo orilló a desembocar.
Mis deseos ya no son deseos. Ya no poseo las ganas de llegar a un fin. Me lamento por las muchas maneras de tu adiós. Para mí no lo fueron. Soy un egotista intrigado por la marea del azar que nos arrojó en la misma dirección sin atavios y el lodo que formamos con la arena. El proceso de traducir las olas y las caracolas que nos rodeaban es mi unico idioma.
Todos los días camino la misma secuencia; del zaguán al parque. Del parque al metro. De tu clavícula a mi cuello. De como logré enamorarte sin saber de tu existencia. De como todavia sigues enamorandome en cada detalle que encuentro de ti.
Metro Xola fue donde nos vimos por ultima vez. Ahí mismo me encontré paseando como un loco la estación. Vagón a vagón esperando tu vaho en mi espalda.
Se borró tu espalda curveada de mis manos. Los amaneceres platicando bajo las mismas sábanas. La criolla y el mestizo. Se esfumó todo y de mi no quedó nada.
Aquello que consideré de valor hoy en día son fierros viejos.
El polvo de la ventana me cuenta mas historias. El atardecer que cae encima de mi casa. El carácter del abuelo. Ruina a media ruina. Las ramas rotas. El rechazado social.
El remordimiento encontrará su hogar en mi cabeza. Para una mente tan alborotada no es sopresa sentirse así. Alguien que toma la vida tan enserio tiene siempre a cambio la moneda de la incertidumbre. Tu la mía en todo caso.
Subo al metro. A la hora en que sólo encuentras hombres. Todos flemáticos. Todos para el mismo rumbo. Todos con tedio.
Cuando el reloj decide aumentar el paso.
Son todas ellas, las mujeres, mera ficción del hombre a través del tiempo. Son el acertijo a resolver. Ellas lo saben. Conocen su poder. El vasto misterio que es su vientre.
Los hombres somos distintos. Nos buscamos la catársis. Cuando la boca no es bravata, masticamos con modestia. Cuando no somos poetas somos almas.
La diversidad y la genialidad están en el otro extremo. Donde ustedes mujeres siguen definiendo su belleza. Ahí donde su locura se difumina con ustedes mismas. La maravilla del ser humano son ustedes. La pagina delante. La primer azada.
(2)
Me la he pasado dormido. Como aquellos días tristes. De los grices la gradación mas larga. Éstas horas sombrías contrastadas por jacarandas, por ciruelas y granadas. No hay dignidad en la decadencia dice el humano y arranca el fruto con la mano desgarbada.
A mi no me quedaron amigos. Me dejaron sin brazos y sin ganas. Soy un lobo estepario. Tengo dos colmillos. Cuando no cortan carne cortan el aire que respiro.
-Ay nos vemos- Dices con tal desfachatez que no puedo escribirlo bien.
A paso de torero herido en el patio de mi idilio, te olvido. Ya sé que no puedo. Si bien lo intento como tu lo haces. Como seguramente lo haz venido haciendo estos años. Ayer me ve tu madre como se mira algo extraño que volvió y no se esperaba. No he vuelto por si lo haz pensado. Son mis trancos que me llevan. Me tiran y devuelven al mismo álveo.
Ni piedad, ni frío en los dedos del pie. Ni un goce extraviado que se encuentre con mi aflicción. Casi nada se compara con el paso de la mujer violenta. Acaso su cintura tan menuda. Puede casi deshacerse con las yemas.
La muerte no nos concierne. La nada o la evidencia. ¿Que nos hará cambiar?